GUATEMALA |
MAYO-8: Desde San José (Costa Rica) vamos en avión a CIUDAD DE GUATEMALA y llegamos por la noche.
En el aeropuerto contratamos el Hotel La Sinventura en ANTIGUA y nos llevan en microbús.
MAYO-9: Por la mañana recorremos la ciudad y por la tarde el dueño de una agencia de viajes que contratamos, nos lleva en su coche a ver los pueblos de los alrededores: S.Felipe de Jesús, S.Antonio Aguas calientes, Ciudad vieja.
MAYO-10: Vamos hasta PANAJACHEL, a orillas del lago ATITLÁN.
Hemos contratado el viaje a estos lugares y nos lleva el dueño, junto con otra pareja italiana.
Hemos contratado el viaje a estos lugares y nos lleva el dueño, junto con otra pareja italiana.
Reservamos habitación en unos bungalows muy bien preparados. Los italianos se precipitan en aceptar el precio, no saben que siempre hay que regatear, pero no es muy caro.
Contratamos una lancha para recorrer los pueblos de las orillas de este enorme lago.
Estos pueblos solo tienen contacto con la civilización a través de barcas.
Visitamos SANTIAGO, donde comemos en un restaurante con los italianos.
Seguimos en la lancha hasta SAN ANTONIO, con todos los habitantes vestidos con ropa típica de su cultura.
Infinidad de niños pidiendo e intentando vendernos recuerdos que dicen hacen ellos.
Mujeres limpiando cebollas y haciendo manojos para llevarlos al mercado de la otra orilla.
Luego SANTA CATALINA.
Con parada en una orilla rocosa donde hay un caudaloso manantial de agua caliente, donde te puedes bañar, si te da tiempo el de la lancha, que es que no, porque tiene prisa en volver. Aparte de que no llevamos bañador ni toalla.
De nuevo en Panajachel, damos caramelos a unos niños y nos hacemos fotos con ellos.
Dormimos en el bungalow con jardines.
MAYO-11: Vamos a CHICHICASTENALGO, donde hay un mercado enorme donde se vende de todo y muchos puestos haciendo comida. Está todo abarrotado de nativos.
Iglesia con los santos vestidos con ropa de calle y un Cristo crucificado, incluso con corbata.
Muchos devotos rezando y encendiendo velas.
Un hotel precioso, con jardines y loros de colores diferentes.
Otra vez cientos de niños vendiendo recuerdos, también dicen que hechos por ellos. Nos persiguen por todas partes. Ellos mismos van bajando los precios de lo que ofrecen hasta límites que parecen mentira.
Compramos unos muñequitos con trajes típicos, con imán para pegar en el frigo.
Pulseras y delantales para llevar de regalos.
Mientras esperamos el regreso nos hacemos unas fotos con 2 hermanos y les compramos más delantales con bordados típicos.
Volvemos a ANTIGUA.
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