VITORIA-txupinazo |
Luego desde esa casa hace un recorrido a pié hasta la balconada de la Iglesia de San Miguel, donde es recibido por las autoridades y saluda a la multitud.
Durante todo el recorrido se canta la canción dedicada a Celedón y este año, en la balconada, también el himno del Deportivo Alavés.
Tradicionalmente, al sonar el txupinazo, se encienden multitud de puros y desde hace varios años se descorchan innumerables botellas de cava(?), con la consiguiente ducha a los de alrededor.
HAN COMENZADO LAS FIESTAS DE LA VIRGEN BLANCA.
Otra cosa que se ha puesto de moda desde hace unos años es que los recién mojados de cava quieran seguir mojándose con agua.
La primera alternativa es pedir a los de las viviendas circundantes de la plaza que les tiren agua, que es recibida con alegría, especialmente hoy que hace un día muy caluroso.
Las siguientes alternativas es ir a meterse a diferentes fuentes: el cocodrilo de la trasera de la Catedral nueva y la plaza de la Constitución.
Pero no todos los forasteros participan del baldeo de agua, algunas ya han venido duchadas de casa y siguen inmaculadas y victoriosas.
Así queda el campo de batalla de VITORIA, en la plaza que lo conmemora, después de sonar el txupinazo y descender Celedón.
Lo de las botellas es una moda que será difícil de quitar, pero muy incómoda y peligrosa.
Menos mal que los servicios de limpieza comienzan de inmediato su duro trabajo y mientras todo el mundo se divierte, ellos dejan la plaza transitable.
Las botellas rotas son un peligro para los pies, ya que ocasionan numerosos cortes que son atendidos por los voluntarios de la Cruz Roja.
Después de la bajada de CELEDON, ésta es parte de la animación que hay por las calles de VITORIA.
Después de la bajada de CELEDON, ésta es parte de la animación que hay por las calles de VITORIA.
Músicos y espectadoras disfrutando el comienzo de las fiestas.
Con ésta música se nos mueve el cuerpo solo.
Después del txupinazo y de los consiguientes baños de jóvenes en la fuente del cocodrilo, se despejó la plazoleta que hay detrás de la Catedral nueva, entre éste y el rinoceronte.
Jardines del Obispo Fernandez de Pierola
Un MARCO inigualable.
Dos jóvenes franceses comenzaron a enseñar a unos niños un juego finlandés muy entretenido y con unas normas que me explicaron y que prometieron enviarme más detalladas.
Se puede fabricar muy fácil, sin hacer cursillos de brico-manía.
Material: son necesarios 14 cilindros de madera de unos 10 ctms. de grosor.
12 de diferente altura, entre 10 y 20 ctms., con una base plana y la otra parte cortada a bisel.
Sobre este bisel se pinta, bien visible, un nº del 1 al 12.
Es la puntuación de cada bolo, o como se llame, cuando se tira.
2 cilindros de unos 30 ctms., que son los que se usan para tirar sobre los otros.
Pueden ser 2 jugadores, o 2 equipos de varios, como en la petanca.
Para comenzar el juego se colocan los 12 cilindros juntos y desde unos 5 metros se tira el otro cilindro de 30 cms. sobre ellos.
Regla para todas las tiradas: si se tira un solo bolo(?) se puntúa el nº que tiene pintado ese bolo.
Si se tira más de un bolo, se puntúa el nº de bolos tirados, no la suma de sus nº.
O sea que si solo se tira el bolo 8, tenemos 8 puntos y si tiramos 3 bolos tenemos 3 puntos.
Los bolos que han caído se ponen nuevamente de pie en el mismo sitio donde han parado.
Por lo tanto hace falta mucho terreno para jugar, porque al tirar sobre ellos, cada vez están más lejos y desperdigados.
Los 2 equipos se van alternando en la tirada y controlando la puntuación total que llevan.
Si un equipo se olvida de los puntos que llevaban, pierden 5 puntos.
Se juega a 50 puntos exactos y lógicamente gana el que antes llega.
Si con una tirada se pasa de 50 puntos, se baja a 25 y se sigue.
Se hace mucho ejercicio, sobre todo de riñones, porque hay que estar agachándose todo el tiempo para recoger el bolo de tirar y poner los caídos en pié.
Estas son las normas que me explicó uno de los jóvenes, muy amable.
Están recorriendo España en una furgoneta y llevan este juego para hacer amigos y aprender castellano.
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